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jueves, 22 de mayo de 2014

KAIZEN


Llevo tiempo, casi el mismo que este blog abandonado, queriendo hacer una reflexión, y puede que hacerlo en voz alta nos ayude a todos.

Hace meses descubrí una nueva palabra. En el momento en que me la encontré me detuve; supe que tenía algo que pensar y después decir acerca de esa palabra.

Cuando nos sumergimos en nuestras rutinas diarias es frecuente caer en la repetición del fallo, en conformarse por hoy y dar por bueno algo que sabemos que puede hacerse mejor. Poca concentración, cansancio, estrés o en el peor de los casos una falta de motivación suelen ser los motivos principales.

Pero la experiencia me dice que todo es a causa de nuestro objetivo. Algunos hablamos de él, otros lo dicen que apenas se les oye y algunos ni si quiera lo saben. La búsqueda y después la lucha por un objetivo implica muchas cosas, la primera de ellas es ser consecuente con lo que se quiere. Y a todos nos ha pasado, estar entre dos aguas. Ese es el momento perfecto para parar, pensar, hablar y después continuar. Lo que no es permisible es caer en el mal hábito del "hacer por hacer", de desaprovechar un día, de ir a la cama sin saber que estás un peldaño más alto que ayer.

Y la escalera que elegimos subir puede que no tenga nada que ver con la de quien tenemos al lado, pero es que cada uno elige donde está el final de su camino.

En función del objetivo marcado y dependiendo de la persona, puede parecer ascender un 8.000 o dar un paseo por la playa; pero eso sólo lo pueden valorar los que realmente saben dónde quieren ir. Porque quien sabe lo que quiere encuentra el camino. La motivación por alcanzar nuestro objetivo debe ser la gasolina necesaria que alimente nuestra mente.

Y así de sencillo pienso que es, marcar un objetivo, trazar el camino rebosantes de la gasolina que supone la motivación de alcanzarlo y disfrutar trabajando.

Hay quien dice que no existe la receta para el éxito, pero es que nos empeñamos en buscar el éxito en un lugar concreto, cuando el éxito es ahora mismo, momento en el que sabes lo bien que lo estás pasando buscando la mejora diaria.

Y eso es el Kaizen, la mejor continua, un proceso que busca que mi yo de hoy, aplicado a cualquier ámbito de mi vida, sea mejor que mi yo de ayer.
No sé vosotros, pero yo me pongo nervioso al pensar qué podemos llegar a ser trabajando en nuestro kaizen.




J.M. Rando